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martes, 6 de marzo de 2018

UNA MADRE # ALEJANDRO PALOMAS




Siempre he pensado que hay ocasiones en las que los libros aguardan agazapados en su estantería prestos a “saltar” sobre el primer lector que tenga la osadía de acercarse a ellos pero la mayoría de las veces aguardan, pacientes, su turno de entrar el vida del adicto a la letra escrita y contarle sus historias. Quizás, incluso, elijan el momento preciso para hacerlo: aquel en el que pueden marcar de algún modo la trayectoria vital del que se adentre en ellos. Esto es lo que me ocurrió con Una madre, de Alejandro Palomas.

Mi profesión es cuidadora de enfermos, con preferencia/ especialidad en cuidados paliativos. Lo paso mal, a veces es duro, pero debo confesar que adoro acompañar a los enfermos en sus últimos días, procurando proporcionarles el máximo confort posible en esos momentos tan delicados. Cuando me avisaron de que Araceli había sido hospitalizada en la unidad de cuidados paliativos intuí que el fin estaba cerca, cogí de la estantería el libro que tenía más a mano y salí para allá.

Yo no elegí a Amalia, ni a Lady Bayeta. Tampoco Araceli escogió a Fer ni a sor deja que te diga. Más bien fueron ellos quienes decidieron acompañarnos en las largas horas de hospital, haciéndonos reír con sus ocurrencias y sufrir con sus miserias… ellos creyeron que podrían ser un grato acompañamiento para una enferma terminal y su cuidadora, que leía sus peripecias vitales en voz alta en aquella habitación consiguiendo, quizás, que Araceli rememorase sus tiempos de lectora voraz, antes de que una retinopatía diabética dañase su vista.

El cáncer acabó ganando la batalla. Araceli lo dio todo, pero no fue suficiente para vencer al monstruo que la devoraba por dentro. Desde este humilde rincón quiero dar las GRACIAS a Alejandro Palomas por crear a esta deliciosa familia y darle unos momentos gratos a los últimos días de una enferma.



¡Que no pare la magia!
A Araceli, in memoriam.



viernes, 19 de enero de 2018

BBF 12 CON... JOE ABERCROMBIE.

Hola a todos:

Antes de nada, me gustaría agradeceros la gran acogida que está teniendo este rinconcito literario tras una ausencia tan prolongada. Me habéis recordado por qué merece la pena invertir tiempo en estos temas y os lo agradezco mucho.Hoy vengo con otro inicio de libro, en esta ocasión del género fantástico, al que me gusta volver de vez en cuando, me encanta perderme en mundos imaginarios y fantasear con cómo serán aquellas criaturas surgidas de la mente del autor de turno, aunque este no es exactamente el caso de la novela que hoy traigo hasta vosotros... pero vamos a lo que interesa: "Medio mundo", de Joe Abercrombie empieza así. 

MEDIO MUNDO # JOE ABERCROMBIE. 




Vaciló tan sólo un instante, pero fue suficiente para que Espina le atizara en sus partes con el brocal de su escudo. Aunque los otros chicos armaban barullo y aullaban en su contra, Espina oyó perfectamente el gemido sordo de Brand. 

El padre de Espina siempre le decía: "El momento en el que pares será el momento en el que mueras", y ella siempre se había guiado por aquel consejo, para bien y sobre todo para mal. De modo que enseñó los dientes con un gruñido desafiante - era su expresión favorita, a fin de cuentas -, levantó las rodillas del suelo y se abalanzó sobre Brand con más ímpetu que nunca. 






Esta novela es la segunda parte de la trilogía del mar quebrado, que comenzó con Medio hombre y concluye con Media guerra. Leí el primer tomo de la saga en diciembre y debo decir que me sorprendió. Como os dije más arriba, me gusta perderme en mundos imaginarios poblados por criaturas ficticias pero este no es el caso de la saga a la que pertenece esta novela, pues si bien es cierto que el mar quebrado no existe en el mundo real, no hay criaturas extrañas sino más bien es un universo medievaloide en el que los elfos y sus obras no son más que un recuerdo de un pasado remoto. Los hombres no son más que eso, hombres comunes con sus fortalezas y sus debilidades, algunos investidos de poder y otros condenados a obedecerles... de momento me está gustando mucho, en la línea de la primera parte de la saga, ya os contaré cómo acaba.

Y vosotros ¿qué estáis leyendo en estos días?

lunes, 15 de enero de 2018

LA JOVEN DE LA PERLA # TRACEY CHEVALIER.

Hola a todos:

Ya es la tercera entrada de este año, la cosa parece marchar por buen camino de momento. Hoy vengo a hablaros de la novela que ha acompañado mis ratos libres en los primeros días de este año: una historia que llevaba años queriendo conocer, llegó a mis manos casi por casualidad y he devorado en un par de días: "La joven de la perla", de Tracy Chevalier. 

CONTRAPORTADA.


La relación secreta entre el pintor holandés Johannes Veermer y su sirvienta convertida en musa.

A principios del siglo XVII, la ciudad de, Delft vio nacer y crecer a uno de los pintores más fascinantes y misteriosos de la historia. Poco se sabe de Veermer, pero sus cuadros son hoy piezas únicas e inconfundibles, especialmente el retrato de su joven criada titulado "La joven de la perla". Mezclando ficción y realidad, Tracy Chevalier narra la historia detrás del enigmático cuadro, una relación prohibida que se mueve entre la admiración  y el amor.

MI OPINIÓN PERSONAL. 


Griet es la hija de un azulejero  que quedó ciego a causa de un accidente laboral. La familia queda en una situación financiera muy precaria, su hijo mayor es aceptado como aprendiz del oficio que ejerció su padre pero los ingresos son prácticamente nulos y la madre se niega a aceptar la caridad ajena, por lo que su segunda hija (protagonista de esta historia) pronto será colocada como sirvienta en casa del pintor Johannes Veermer, que convive con su esposa, su suegra y sus cinco hijos. Esta es la historia de cómo una criada acabará siendo la modelo del cuadro que le da título a esta novela

La historia está narrada en primera persona por Griet, que ve como su mundo cambia mucho más rápido de lo que a ella le gustaría: la decisión de sus padres de mandarla a servir - tomada sin su consentimiento - dará a sus vidas un vuelco aún mayor de lo que imagina, y ella se descubrirá como poseedora de una serie de habilidades que ignoraba tener.

La relación entre el pintor y la criada es estrecha desde el primer momento, ya que ella será la encargada de limpiar su estudio, lugar al que sólo la propia Griet y María Thins (la suegra del pintor) tienen acceso y que, sin embargo, está vedado a Catherina, la esposa y a todos sus hijos. Este último dato influirá desde el principio en la relación entre la criada y la señora: Griet no le gusta, se siente celosa de su posición en la casa y dudará en demostrárselo cada vez que tenga ocasión. Entre las hijas del matrimonio cabe destacar a Cornelia, una pelirroja malencarada que le dará mil y un problemas a la criada.

Ellos, los padres de la protagonista y Pieter, el hijo del carnicero dan forma a su vida, aparentemente tranquila hasta que el pintor decide que ella le ayude con algunas tareas que ha realizado por sí mismo hasta entonces (moler y comprar ingredientes para los colores o lavarlos) y tendrán que hacerlo a escondidas para no estropear aún más las ya de por sí tirantes relaciones entre los habitantes de la casa.

La novela está dividida en cuatro partes, cada una de ellas correspondiente a un año en la vida de Griet y está narrada en un lenguaje sencillo, como el que podría utilizar alguien de la humilde clase social de la protagonista, pero no por ello está exento de delicadeza y buen gusto y es este punto uno de los que más me ha gustado de la novela: a pesar de que es la propia criada la que nos cuenta su historia, ella parece estar siempre en un segundo plano, como si se restara importancia y se la concediese a sus compañeros de escena. Tanto es así, que hay detalles físicos de ella, como el color o el largo de su cabello siempre cubierto por una cofia, que no conoceremos hasta bien avanzada la historia.

La ambientación de esta novela me ha parecido magnífica, el lector no tendrá ningún problema en trasladarse con la imaginación a la pequeña ciudad de Delft, donde la obra se desarrolla en su totalidad y de la mano de Griet recorreremos los distintos barrios - el de los señores y en el que siguen viviendo los padres de ella -, el mercado, los canales o las iglesias... por no hablar de que conoceremos la diversidad religiosa que había en el país en aquella época (la criada es protestante y sus amos, católicos).

RECOMENDACIÓN Y CONCLUSIONES. 

Recomiendo la lectura de "La joven de la perla" como una novela que permanecerá en mi memoria durante mucho tiempo, y esto es así por su forma de contar la historia, sus personajes, su ambientación en la segunda mitad del siglo XVII y centrada en un pintor medianejo en pleno auge del arte barroco... pero sobre todo por el aura de misterio que envuelve la figura del artista y por la relación que tiene con la criada que, como bien dice la contraportada, se mueve entre la admiración y el amor.

Nada más por hoy, me despido de vosotros hasta otra ocasión. Pasad buena semana y felices lecturas. 

viernes, 12 de enero de 2018

BBF 11 CON ... JOSEPH GELLINEK

Hola de nuevo:

Ya sabéis que yo no soy mucho de secciones, mucho menos de aquellas que exigen una periodicidad, no me gusta "estar obligada" a publicar un día concreto, mis horarios son demasiado inestables y hay veces que no tengo casi tiempo ni de respirar. Aún así este bbf es de una de mis favoritas, ya que poneros por aquí la cubierta y las primeras frases de la novela que estoy leyendo en este momento me da pie a preguntaros por vuestras actuales lecturas. 

EL VIOLÍN DEL DIABLO # JOSEPH GELLINEK. 


Claudio Agostini, el célebre director de orquesta milanés, llamó con dos ligeros golpes a la puerta del camerino de Ane Larrazábal, la primera solista de violín del país y una de las más renombradas en el mundo entero. 

Faltaba una hora aún para el comienzo el concierto que ambos iban a ofrecer al público en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid. El programa iba a consistir en la obertura de Las bodas de Fígaro, seguida del Concierto para violín en si menor de Paganini y en la segunda parte el concierto para orquesta de Bartok. Agostini iba a actuar, al frente de la Orquesta Nacional de España, en calidad de director invitado; era la primera vez que director y solista coincidían en una sala de conciertos. 





Saqué esta novela de la biblioteca mientras otro usuario devolvía "Medio mundo", la segunda parte de la trilogía del mar quebrado, de Joe Abercrombie que ya os adelanto será mi próxima lectura; y lo elegí por su cubierta, con ese diablillo violinista, y por su contraportada que me hablaba del género negro, al que me apetecía regresar tras un par de novelas históricas.

He leído más o menos la cuarta parte de este libro y me está gustando, pero no tanto como esperaba. Esperemos que mejore algo, la trama tiene muy buenos mimbres.

Y a vosotros ¿qué libro os acompaña en estos inicios de año? 

domingo, 7 de enero de 2018

LOS CAMINOS DEL MAR # MAGDALENA ALBERO ANDRÉS.

Hola a todos:

En estos días se hacen muchos propósitos nuevos, algunos durarán más y otros menos, lo más seguro es que la mayoría no se cumplirán. Cada año, en los últimas fechas del mes de diciembre, me propongo leer más en el año nuevo y actualizar este sitio desde el que me asomo al mundo más a menudo y nunca lo cumplo. En este 2018 no entra entre mis retos, a ver si así consigo hacerlo realidad.  Quería contaros también que he vuelto a recuperar la costumbre de acercarme a las estanterías de mi casa para revisar los libros que allí aguardan, rememorar las historias ya conocidas y elegir cuál será la que me acompañe en los próximos días.

2017 ha sido un año regular a nivel lector. He leído poco, pero he disfrutado mucho de ello. No sé si ha sido suerte o el hecho de que he escogido novelas que venían muy recomendadas por lectores (blogueros o no)  en cuyo criterio confío, o quizás ambas cosas hayan influido. Tal es el caso, por ejemplo, de “La perla negra”, de Claudia Casanova, “Medio hombre”, de Joe Abercrombie o “Memento mori”, de César Pérez Gellida, tres novelas estupendas que no he reseñado pero aprovecho para recomendaros.

Vamos a lo que realmente importa, hoy vengo a contaros mis impresiones sobre el libro que me ha acompañado durante los últimos días de 2017 y los primeros de este año que acaba de comenzar. “Los caminos del mar”, de Magdalena Albero, lleva esperando su turno casi desde que se publicó. Fue una de esas compras compulsivas en una época en la que no leía prácticamente nada, y de lo único que me arrepiento es de no haberle dado antes la oportunidad, pues me he encontrado con una historia, una época y una protagonista que me han encantado.

CONTRAPORTADA.

En el año 286 antes de Cristo, Irene tiene quince años y vive con su padre en Atenas. Su educación, que Kleón ha cuidado con un esmero nada habitual para una mujer, la ha convertido en una joven curiosa y culta. Sin embargo, todo su mundo se derrumba cuando él es encarcelado. Irene queda bajo la tutela de Herófilo, un familiar médico con el que huirá de Atenas. Durante una larga estancia en Creta, donde se ven obligados a recalar, Irene acabará por adquirir conocimientos básicos de medicina, suficientes para despertar su interés por continuar aprendiendo y practicando. Así empieza su periplo por el Mediterráneo, que es a la vez un viaje hacia el descubrimiento de sí misma.
En la aventura vital de la protagonista se cruzan no sólo los dos hombres a los que amará, sino también personajes históricos como Herófilo de Calcedonia, el rey Ptolomeo I o el filósofo Epicuro  y las mujeres anónimas – campesinas, esclavas, cortesanas y esposas de ciudadanos griegos -, que la ayudarán a convertirse en adulta. Las peripecias de Irene nos acercan a una época en la que la ciencia médica daba sus primeros pasos y el arte y la filosofía formaban la conciencia colectiva y se planteaban dilemas no muy alejados de los que vivimos hoy. Una vida fascinante narrada en una novela imperdible.

MI OPINIÓN PERSONAL.

Corre el año 286 antes de Cristo en Atenas. La ciudad no se asemeja  mucho a aquella que gobernó el gran Pericles y, ahora que  Alejandro ha muerto, la Hélade ha caído en manos de tiranos que no tienen escrúpulos a la hora de encarcelar, o ajusticiar, a aquellos que no comulgan con sus ideas.

Tal es el caso de Kleón, un sabio de pensamiento libre que perdió a casi toda su familia durante la última epidemia de peste que azotó la ciudad. Sólo él y su hija Irene (protagonista de esta historia) sobreviven a la plaga. Este hecho marcará sus vidas para siempre, padre e hija se redescubren: ella recuerda que tiene un padre y él que tiene una hija. Kleón cuida de la educación de su Irene como lo había hecho con la de sus dos hijos varones, para él no hay ninguna diferencia por ser mujer; al igual que hizo con ellos le enseña a cuestionarlo todo, a no conformarse con lo establecido y a luchar por lo que cree justo… pero llega un día en el que el reyezuelo que gobierna la ciudad decide que Kleón está siendo demasiado molesto y lo encarcela. Aquí comienza la historia.

Irene tiene que huir de Atenas, su padre la quiere libre y sabe que en su ciudad no podrá conseguirlo. La joven queda bajo la tutela de Herófilo, un médico amigo de la familia, que la acompañará, cuidará y guiará sus pasos pero, sobre todo, le hará ver cuál es su vocación: gracias a él sabrá que quiere dedicar su vida a curar a los enfermos, a luchar contra la muerte con las armas que la investigación y la experiencia ponen a su alcance, y eso para una mujer no era sencillo en aquella época. La propia Irene nos cuenta su historia.

“Los caminos del mar” está narrada en primera persona por Irene, como os digo lo que nos permitirá conocer la Historia, costumbres y creencias del mediterráneo desde su subjetivo punto de vista. Me encantan las novelas escritas en primera persona, especialmente cuando se trata de historias de mujeres y creo haberos contado ya que adoro la Grecia clásica, así que esta obra tenía todas las papeletas para gustarme, como así ha sido.

La trama no es otra que la vida de Irene, es una vida difícil desde el encarcelamiento de su padre. Kleón hizo de ella una mujer acostumbrada a pensar por sí misma, a que sus opiniones fueran escuchadas y tenidas en cuenta; a partir de ese momento se verá obligada a depender siempre de alguien, siente que su vida no es del todo suya sino que les pertenece a los demás. Compartiremos con la protagonista sus miedos cuando, una y otra vez, las ninfas  del destino parecen burlarse de ella impidiendo que se asiente de forma definitiva en un lugar y obligándole a emprender una nueva huida hacia adelante, casi siempre hacia un lugar desconocido para ella.

Este tipo de novelas tiene un riesgo, y es que el protagonismo absoluto del narrador puede convertir al resto de los personajes en meras comparsas que danzan al son que éste toca. Este no es el caso de la historia que hoy os traigo, los personajes (unos más que otros) tienen entidad propia, un pasado y una personalidad que les define. Entre ellos me gustaría destacar a Herófilo, el médico que se convertirá para ella en ese padre al que tuvo que renunciar demasiado pronto. Su obligada estancia en Creta les unió mucho, tanto él como Linos (su discípulo más aventajado y compañero de viaje) supieron ver en ella que podía ser un gran médico y estaban dispuestos a apoyarla, a pesar de que su condición de mujer le impedía ejercer la medicina.



El estilo es mucho más fluido y rápido que en otras novelas de género histórico que recuerdo. Los aficionados a la novela histórica sabemos que algunas obras pueden resultar densas e incluso tediosas por la cantidad de información que el autor quiere darnos para que podamos situarnos en la escena de forma correcta. En mi opinión estas descripciones son necesarias… en su justa medida. En el caso que hoy nos ocupa, apenas nos cuenta nada sobre la política o la religión (Kleón le enseñó a no creer en los dioses) y conoceremos la sociedad de ciudades como Atenas o Alejandría en mayor medida, pero tampoco en profundidad. Esto es debido a que en la novela siempre están ocurriendo cosas, la autora prioriza la acción a la descripción, y eso siempre es de agradecer.

Mi nota para esta novela es de 4 sobre 5, aunque siendo sincera sería algo más de un 4, 5  y esto es así porque hay un pequeño detalle en la misma que no me ha gustado: en ocasiones, Irene nos adelanta los acontecimientos, sobre todo cuando se trata de si volverá o no a ver a alguno de los personajes que le acompañan en su aventura vital. Personalmente, habría preferido no saberlo, pues creo que este dato ha coartado en parte mi imaginación sobre el devenir de la historia.

RECOMENDACIÓN Y CONCLUSIONES.



Recomiendo la lectura de “Los caminos del mar” a cualquier amante de la buena novela histórica, las historias de mujer, las historias en primera persona o todas esas cosas a la vez, como es mi caso. Se encontrarán con una buena historia, bien narrada y coherente y con una protagonista con la que no podrán sino empatizar. La obra de Magdalena Albero nos hará conocer un poco mejor el período de decadencia de la Grecia Clásica y el nacimiento de una nueva urbe (Alejandría) con su famoso faro en plena construcción. 

sábado, 4 de marzo de 2017

PUERTO ESCONDIDO # MARÍA ORUÑA.



Hola a todos:

Ya estoy de vuelta, para contaros que estos inicios de año están siendo muy positivos a nivel lector. Estoy cumpliendo con creces los objetivos que me  marqué a finales de 2016 y, además, los libros me están gustando mucho salvo una excepción que abandoné. Por el momento, hoy quiero compartir con vosotros mis impresiones sobre el último que ha pasado por mis manos, una novela que tenía previsto comprar pero que encontré en la biblioteca y, como comprenderéis, no dejé pasar la ocasión. Hoy vengo a hablaros  de “Puerto escondido”, de María Oruña una novela que ya os adelanto que me ha gustado, y mucho.

Contraportada.


Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida a sus espaldas, hereda una casona familiar, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito de Suances, en Cantabria. Durante las obras de remodelación se descubre, en el sótano, el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico. Tras ese descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en distintas ciudades de Cantabria que, unidos a los insólitos resultados forenses de las víctimas, ponen en jaque a la sección de investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que iniciará un denso viaje personal y una carrera contrarreloj para descubrir al asesino. 

¿Dónde se encuentra el escondite perfecto, el bastión intocable donde respirar una calma absoluta y el abandono de todo lo que impone la edad, el entorno y el tiempo? ¿Hacia dónde habrá que dirigirse para encontrar ese refugio donde atesoramos, sin saberlo, la más pura felicidad? Sólo siguiendo el curso de la marea se esquiva el miedo.
Cuando llegues a puerto escondido descubrirás que el camino afilado, aterrador, vivo, había estado ante tus ojos desde el principio…

Mi opinión personal.

He leído muy buenas críticas sobre esta novela, que tuvo mucha difusión en blogs literarios y redes sociales cuando se publicó hace un par de años, pero todos sabemos que visitas no es sinónimo de credibilidad así que sólo empezó a llamar mi atención cuando mis blogs de referencia – que ya os mencioné en mi perfil de Facebook y que son menos de los que pudiera parecer – me alertaron de su calidad. Aun así, he dejado pasar dos años para darle su oportunidad, y estoy escribiendo esta reseña cuando “Un lugar adonde ir”, la segunda aventura de sus protagonistas, ya está a la venta. Como curiosidad, os diré que comencé a escribirla el mismo día 21 de febrero.

Con este puerto escondido vuelvo a la novela negra más clásica. Un acontecimiento en apariencia fortuito (la aparición del esqueleto de un bebé) desata una serie de acontecimientos que la guardia civil tendrá que esclarecer.

Oliver Gordon hereda una casona familiar en Suances y decide dejar atrás una vida aparentemente cómoda, era profesor en Londres. Quiere embarcarse en una aventura en la ciudad natal de su madre: convertir villa marina en un pequeño hotel a pie de playa, pero todo empieza a torcerse el mismo día en el que el británico pisa suelo español, ya que los obreros encuentran el cadáver de un bebé que podría llevar décadas emparedado entre los muros de la vieja casona. 

La guardia civil hace acto de presencia en el lugar, pero no le presta demasiada atención al caso: el crimen, si realmente lo hubo, prescribió hace muchos años. La situación cambia cuando un hombre aparece muerto muy cerca de allí, en la ría… y él no será la última víctima. Comienza la carrera contra el reloj, la aparición del bebé parece haber despertado a una bestia que la benemérita – y el propio Oliver Gordon – tendrán que detener.

Respecto al inglesito, es todo un personaje que me ha resultado la mar de simpático a decir verdad. A pesar de todo lo que está pasando no pierde la socarronería ni ese fino humor inglés y, en muy contadas ocasiones y, en muy contadas ocasiones, la sonrisa. Su nueva vida en la tierra de sus antepasados resulta ser una huída hacia adelante, un escapar del dolor que le han infligido en Londres. ¿Qué quiere dejar atrás Oliver?
Valentina Redondo es la teniente de la guardia civil que dirige la investigación. Sofisticada, metódica y obsesionada con el orden y la limpieza será la que maneje todo el cotarro. Ella puede que también esconda algo tras esa extraña mirada bicolor.
Pero los PERSONAJES (así, con mayúsculas) de esta novela son las dos hermanas: Clara y Jana Fernández. Les conoceremos en el diario y, en mi opinión, son para enmarcar, merecerían una novela para ellas solas. Su historia comienza durante la guerra civil, cuando una bomba nacional destroza a su madre y a su hermano pequeño en la cueva en la que intentaban protegerse de los aviones… y hasta aquí puedo leer.

La novela tiene dos partes bien diferenciadas: la primera de ellas está ambientada en la actualidad y la que nos narra la aparición del cadáver del bebé y la posterior investigación por parte de Valentina y compañía. En cuanto a la segunda, intercalada con la anterior, está contada a modo de diario. Es en esta última en la que conoceremos en profundidad a las dos hermanas de las que antes os hablé. Narrada en primera persona, su autoría es demasiado evidente casi desde el principio, y María Oruña desvela el misterio excesivamente pronto, de ahí que mi nota para este “Puerto escondido” sea de 4 estrellas y no la máxima. Yo tenía serias sospechas sobre quién escribió el diario, y la autora se encargó de confirmarlas en una sola frase.
                                                                                                                                                                                                                                           
Como buena novela negra, Puerto escondido está narrada con un estilo rápido y ágil, lo que siempre facilita la lectura. Tanto en la parte actual como en el diario están pasando cosas de forma constante, unas aclaran, otras sorprenden… o ambas cosas, que no son incompatibles.
Ante todo, esta es una novela de paisajes. De la mano de Valentina y Oliver conoceremos la Cantabria actual, mientras que Jana y Clara nos mostrarán esa misma zona 80 años atrás, cuando eran un par de niñas atrapadas en una guerra que no es suya pero que les marcará de por vida. Yo fui a Cantabria hace años, y la lectura de esta novela me ha recordado aquellos parajes y vivencias y, sobre todo, me ha animado a volver y a conocer mejor los pueblos en los que se desarrolla.

Recomendación y conclusiones.

En resumen, recomiendo encarecidamente la lectura de esta novela. Las tramas están bien llevadas y tiene algunos personajes que dejan huella y que merece la pena conocer, y sus escenarios nos permitirán conocer – o recordar, como fue mi caso – algunos de los lugares más hermosos de Cantabria.

lunes, 13 de febrero de 2017

LA TRISTEZA DEL SAMURÁI # VÍCTOR DEL ÁRBOL.






Hola a todos:
Hoy vengo a hablaros de una novela que me ha dejado huella, que me ha desgarrado por dentro como pocas han conseguido hacerlo hasta ahora. Me jacto de ser dura, de no permitir que un texto impreso en negro sobre blanco me afecte más de lo imprescindible, pero “La tristeza del samurái” lo ha hecho.  Aunque no  le perdono haberme hecho sufrir tanto, no sería justo negarle lo que merece: esta es la primera lectura de cinco estrellas de este año. Pero vayamos a lo que realmente importa.


Contraportada. 



 Diciembre de 1941. En una fría estación de tren de Mérida, Isabel está a punto de perder todo aquello por lo que ha vivido.

Mayo de 1981. María, una joven y exitosa abogada de Barcelona, debe comparecer ante la justicia de los hombres. Pero eso no le preocupa, está agonizando y no es a ellos a quien deberá rendir cuentas, sino a su memoria ¿Qué se puede hacer por amor? ¿Y por odio o sed de venganza? ¿Existen la redención, el perdón o el olvido? ¿Podemos llegar a ser, incluso antes de morir, aquello que una vez soñamos? Isabel y María deberán enfrentarse a estas preguntas en el curso de sus vidas, muy distintas y, a la vez, semejantes. 

Estas dos mujeres son el origen y el final de una historia que nos llevará desde Extremadura hasta las estepas rusas y, más adelante, hasta la ciudad condal y a los paisajes de una España que durante cuarenta años se fingió dormida, con el fin de demostrarnos que no existen límites cuando luchamos por lo que anhelamos. 


Mi opinión personal. 

Quiero comenzar haciendo una confesión: me considero incapaz de poner por escrito todo lo que esta novela ha removido en mí. Esta vez no quisiera centrarme exclusivamente en una serie de razones por las que os recomiendo encarecidamente la lectura de esta historia. Prometo hacerlo lo mejor posible.  

Llevaba tiempo queriendo leer algo de Víctor del Árbol, un autor al que conocí cuando Montse me descubrió en redes sociales aquel espanto de cubierta de “Respirar por la herida”. Poco tiempo después conocí la existencia de esta novela de la hoy os hablo y supe que sería la primera que leería de él. Por la cubierta (prefiero la de la primera edición) la sinopsis y, sobre todo, por el título que me llamó la atención desde el primer momento.

La tristeza del samurái es una historia fea y cruel. De una dureza extrema, no se atisba una luz al final del túnel, ya que no hay tal si no un pozo negro sin fondo en el que los personajes van cayendo uno tras otro sin posibilidad alguna de ser rescatados. Tampoco nos encontraremos con un mínimo rayo de esperanza que te haga recuperar la fe en la raza humana (que esta novela te hará perder). Quienes me conocen saben que, en el fondo, soy una romántica incurable y quizás sea esto lo que me ha llevado a ver algún que otro atisbo de bondad, pero es tan mínimo y aislado que es inmediatamente devorado por la oscuridad que lo invade todo. El autor, por su parte no hace el menor esfuerzo por endulzarnos ese trago tan amargo, es más, da la impresión de que disfruta hurgando en la herida.

ATENCIÓN: ZONA SPOILER.

Los que me conocéis sabéis que no es mi estilo, suelo ser bastante cuidadosa con no contar más de la cuenta, pero esta vez he considerado necesario poner este aviso por si acaso se me escapa algo que quizás no deberían saber los que aún no han leído esta novela. 

Los personajes son, salvo alguna excepción, una caterva de desgraciados  que se dedican a estropear la vida de los demás… y la suya propia porque ambas cosas no son incompatibles. Intentaré explicarme algo mejor.  


Publio (nunca conoceremos su apellido) es uno de los pocos que se muestra ante el lector tal como es desde los primeros compases de la novela: una mala bestia que sería capaz de matar a su madre si eso le ayudase a conseguir su objetivo. ¿Cuál es este? Conseguir mayores cuotas de poder y más dinero. Es el perro fiel de Guillermo Mola, uno de los grandes jefes de la falange… ¿o quizás es al revés? 

Isabel Mola es esposa de Guillermo, y madre de Fernando y Andrés pero, sobre todo es la clave de bóveda de esta novela. Sobre ella y su asesinato (en una cantera abandonada de Mérida) recae todo el peso de la misma, tanto de la trama como de los propios personajes. Isabel es el cemento que une los destinos de todos los que la conocieron en persona (Publio, sus hijos o Marcelo Alcalá) como aquellos que no lo hicieron (María o César, por ejemplo). Su ejecución trae terribles consecuencias que se prolongarán durante cuarenta años, y afectarán hasta a tres generaciones de algunas familias.

En resumen, los personajes son “malos”, todos ellos tienen algo de lo que arrepentirse, algo que ocultar, y eso incluye al diminuto punto luminoso del que os hablé hace un rato. Por cierto, os propongo algo: ¿Sois capaces de identificar al personaje que intenta en vano horadar la oscuridad que le rodea? 

FIN ZONA SPOILER. 


Pero si por algo destaca esta novela es por el estilo que utiliza el autor. Narrada en tercera persona por un narrador omnisciente, es brutal, dura, cortante, demoledora. No hay un solo resquicio de piedad o compasión en él. No concede un respiro al pobre lector, que verá cómo aflora su lado más masoca: a pesar del sufrimiento, de la desesperación, de la desazón que provoca este libro querrá saber más; es consciente de que no hay lugar para el final feliz, pero sigue adelante con la esperanza de que ese personaje que ha logrado despertar en él un mínimo de simpatía acabaría bien esta historia. Al menos era lo que a mí me movía a continuar leyendo. Tal como imaginaba fue así, la vida de mi personaje favorito estaba demasiado destruida como para acabar de otra forma.  


Recomendación y conclusiones.
 
Creo que es evidente que recomiendo la lectura de La tristeza del samurái a cualquiera que disfrute con una buena historia. Demoledora, terrible, cruel… todo lo que se diga de ella es poco, pero Víctor del Árbol  es capaz de envolver al lector  en las vidas de los personajes, de llevarle hasta el límite una y otra vez, hasta el punto de tener que dejar de leer porque no puede con la desazón, la rabia y las ganas de gritar o, incluso, de llorar si aún te quedan lágrimas. 

Sé que esta no es la reseña que merece semejante novel, ni siquiera he sido capaz de rascar la superficie de todo lo que ha removido en mi interior, pero experesarlo todo sería imposible. Desde aquí os animo a leerla y compartir vuestras impresiones conmigo.

P. D. Os recuerdo el reto – juego que os he planteado antes: ¿Quién es ese personaje tan escueto como luminoso que aporta el único rayo de esperanza que hallaremos en esta historia?.